A veces, los deseos se cumplen. Aquel día deseé encontrarme un bar con vistas al mar donde escribir esta canción.
Tal y como narra esta canción, aquel día andaba sola. Conducía y el día me regalaba un impass de tiempo libre para mi. Inaudito. Haciendo “car therapy” en voz alta, empecé a canturrear el deseo que me rondaba: Encontrar un bar donde sentarme a escribir esa canción, plasmarla y que no se disolviera en el mar del tiempo. Dejé que el coche me llevará sin destino fijo, y haciendo caso al instinto, al final di con el bar, esa terraza, esa mesa y esa cerveza. Ahí, mirando el mar y el atardecer, escribí esta canción. Momentos que te saben a gloria bendita y que queda grabada en esta canción.
Justo en este mes de mayo, cuando la mayor parte de las autonomías entramos en la ansiada FASE 1 de la desescalada, los Bares, toman una relevada importancia entre la sociedad para volver a paladear la normalidad. Volver sentarse en una terraza a conversar y enyescar algo se supone que nos hace aterrizar a donde estábamos antes del covid. Pero lo cierto es que ya nada es igual. Y creo que no lo será hasta que encontremos una vacuna para este virus.
Me alegra ver que se vuelven abrir bares y comercios para incentivar la economía, pero no hay que olvidar que este Covid nos ha regalado una oportunidad silenciosa para apretar el botón de RESETEAR. Es cuestión de quien quiere agarrarse a esa oportunidad o pasarla de largo. Yo ya apreté el botón, y los cambios son profundos. Así que para celebrarlo me senté en una terraza sola a brindar conmigo misma por esos cambios que, muchos, se destilarán en canciones. Les deseo, sobretodo, SALUD!