¿DÓNDE ESTÁ MI TRIBU?

Dicen que para criar a un hijo hace falta una tribu. Qué gran verdad.
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Dicen que para criar a un hijo hace falta una tribu. Qué gran verdad.

Cuando parí mi primer hijo paseaba mucho por la ciudad, buscando sol, aire, despeje y tribu para compartir la montaña rusa maternal. Empujaba mi carrito y sentía como si estuviera en una burbuja. Yo y mi bebé éramos una entidad ajena al mundanal ruido. La gente mayor se acercaba y comentaba sin reparo, otros pocos te sonreían y otros ni siquiera se percataban que llevabas una personita nueva.

En ese periodo empezó la confrontación del ideal con la realidad. La ilusión y la promesa de querer construir un mundo mejor para tu hijo, choca con el escenario que te rodea. Empecé a encontrar las ciudades poco aptas para la crianza; lugares en los que andamos en una constante alerta soterrada. Empecé a fantasear con nuevas ciudades y nuevos modos de habitar en comunidad.

Repensar la ciudad de manera periódica es algo que deberíamos hacer como sociedad .

Hay muchos planteamientos que podemos incorporar y no dar por hecho que, bloques de edificios, carreteras y aceras es lo que predomine en nuestros espacios cotidianos. Entonces, fue cuando descubrí a Francesco Tonucci con sus libros sobre la crianza de los niños en los entornos urbanos y su proyecto de Ciudad de los Niños, que consistía en hacer una ciudad cuyo punto de referencia sean los niños… Se me abrió una nueva dimensión.

Ilustración de Francesco Tonucci.

Pero la vida sigue. Entonces recurres a los parques infantiles, esos ludo-espacios fortificados, de tipología franquiciada, tan asépticos que aburren, donde en teoría vas a hacer tribu, pero te encuentras con una jungla de maternidades y paternidades: A la derecha la sección “madres/padres helicóptero”, en el rincón la sección “scrolling” y en el centro la sección “la maternidad es lo mejor que me ha pasado en la vida”... Yo hacía intentos de networking y en las pausas me limitaba a observar el comportamiento humano.

La maternidad y la crianza es tan intensa y exhausta que necesitas descargar de algún modo, soltar a la criatura en esa red de apoyo para reconectar con la persona que has estado cultivando tanto tiempo atrás. Verse reducida a una mera cuidadora es desolador y frustrante.

Hay que tener tribu y si no, crearla.

En mi caso, por suerte, la familia me ayudaba, pero necesitaba hacer tribu más allá. No es tarea fácil, pues la tendencia en la crianza y el sociedad, es cada vez más más individualista.

Selfie antes de ser adictos al móvil
La playa. El mejor parque del mundo. Mi hijo descubriendo la arena.

Por aquel entonces, me crucé con varias historias de madres y padres que habían emprendido serlo en solitario. Adopciones, embarazos subrogados en países extranjeros, fecundaciones invitro. Historias de perseverancia y conquistas de cumbres muy empinadas. Sus historias me parecieron heróicas en comparación con mi experiencia, tan simplista y privilegiada al lado de las suyas. Lo cierto es que

Hay maternidades como personas hay en el mundo. Eso es así.

Pero mi sensación de choque y confrontación con el entorno y el sistema iban en aumento. No me gustaban muchas cosas entorno a la mercantilización de la maternidad y los niños, la falta de espacios comunes para hacer tribu, la falta de espacios verdes, la sobre estimulación, la falta de tiempos para el aburrimiento, la lista interminable de artículos para la crianza, las carencias en el sistema para la conciliación, las desigualdades de género en el mundo de la crianza, la brecha heredada, el miedo y la alerta circundante, los extremismos en la lactancia y en la alimentación, el diseño de los parques infantiles, las hangares industriales para la celebración de cumpleaños,….la gente que le quitaba las semillas al plátano antes de dárselo a la criatura…Diosssanto!

Entonces fue cuando escribí esta canción, sin saber que ese texto iba a tener, un día, acordes y melodía.

No sé como salen las canciones, pero sólo sé que son empujadas por la entraña.

Justo en ese momento, me encuentro un libro en la biblioteca que se llama exactamente como mi canción, …¿Donde está mi tribu? de Carolina del Olmo. Estupefacta, cogí una silla y empecé a leer. Hablaba exactamente de lo mismo. Qué fuerte no?

Me sentí profundamente reflejada y reconfortada con lo que leía. Reforzó mi idea de que la maternidad ha de ser compartida, porque es el episodio de la vida más excelente y brillante y por eso mismo, no puede tender al individualismo. Debemos de encontrar vías para convertir la crianza en algo comunitario y recrear espacios para tejer redes de apoyo para la tribu. Los parques infantiles no son suficientes.

Luego tuve otro hijo, está vez una niña y con ella seguí componiendo canciones…que iré compartiendo por aquí.

Conciliando

Esta canción va dedicada a todas esas personas que deciden emprender la maternidad o la paternidad en solitario y sin una red de apoyo.

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